R o m á n L o g l e z

Premio Nacional de poesía en los Juegos Florales “Darío Galaviz Quezada” en Guaymas, Sonora. Actualmente desarrolla actividades artísticas, culturales y literarias como promotor de cultura De fomento a la Lectura y Creación Lectora Independiente

K´ALTIK Cacualá Chilón, Chiapas. Foto Sariego Vega
Román López González
(Roman Loglez). Nació en 1961 en la ranchería Shupa, municipio de Palenque. Escritor, poeta, dramaturgo, actor, músico, promotor cultural, maestro en el arte de lapidaria y guía de turismo cultural y de aventura. Diplomado en Historia del arte, en teatro, música, promotoría y gestoría cultural, en fomento de lectura y formación lectora, y en creación literaria.
Es miembro fundador, y colaborador, de la Casa de Cultura «Fray Pedro Lorenzo de la Nada»; Creador del programa Literario radiofónico «Krnavalito de Palabras» en Radio Saraguato y en Laklumal; Fundador del centro cultural independiente «Bajlum Votan»; Mediador de fomento a la lectura en el programa nacional de salas de lectura y director, y tallerista, del programa Paralibros de Coneculta. Ex promotor de Cultura del Ayuntamiento de Palenque.
Ha participado en encuentros literarios: Encuentros de escritores Sancristobalenses; Encuentros de salas de lecturas en la Ciudad de México y en Hermosillo, Sonora. Sus trabajos literarios se han publicados en diversas revistas y periódicos de circulación local y estatal. Colaborador con artículos de investigación etno gastronómicas en la revista Criterio.
Ha escrito poesía y cuentos en antologías como las de: «Cuentos del Inframundo Maya», con el cuento: «El tigre blanco del zuluzun’; En la Pushcagua, con el cuento: «El hijo del trueno» y en la del X Encuentro de Escritores San Cristóbalenses con los cuentos: «Los Pech» y «La Serpiente del Chinal».
Fue Premio Nacional de poesía en los Juegos Florales “Darío Galaviz Quezada” en Guaymas, Sonora. Actualmente desarrolla actividades artísticas, culturales y literarias como promotor de cultura De fomento a la Lectura y Creación Lectora Independiente.

WITZ Cacualá Chilón, Chiapas. Foto Sariego Vega
Insueño
A LA HORA DE ESCRIBIR, pienso…
no me sale nada.
la pluma entre mis dedos,
sobre el escritorio el papel…
y me acuesto a dormir.
No sueño ni duermo
el insomnio me consume;
tiembla por mover esa pluma, mi mano…
la flojera me detiene lento y firme.
Mi cuerpo, mientras programa su tiempo
para mover los nervios, serenos
pasan los segundos, los minutos y después
las horas.
Sigo pensando en construir un poema
y se cruza el cuento, después, nada.
Las horas se van, son las cinco de la mañana;
sin conciliar el sueño sigo; por fin, me onírico
de que soñaba escribir un poema y despierto.
En la mano permanece la pluma y el cuaderno
sobre el escritorio y una hoja en blanco.
sacudo mi mente y reconstruyo el sueño,
escribiendo sobre el papel inasible
que lento como hoja de árbol
en sublime tiempo invernal, cae, y
me detengo sólo en el verso:
“amanecí, sin tocar el primer pétalo
del sueño que soñé que escribía en el Sueño…”.
Víbora cola de hueso
DESDE ORFEO Y EURÍDICE
¿acaso el amor y la música
hiere los sentidos de segundos?
Hipatia, misterio y enigma:
¿envidia misógamo o machista?
desde la mística, desde la historia
cubre como pétalos a la gran Gea
los más recónditos de los misterios
sobre ese equilibrio de la vida
y la irremediablemente muerte.
¿Acaso es hacia el infra la religión?
¿es para acercarse a Dios?
¿o el camino hacia al reino de Hades?
Herencias malditas que pesan
sobre nuestros hombros
hombres ciegos sin almas ni corazón
que no respetan el individualismo
de la generación femenil.
Somos carnes de la misma carne
creadas de igual forma
para la perpetuación del hombre
sobre este vagabundo celeste.
Lucha encarnizada sobre féminas
ciegos al no ver la luz brillante
que sensibiliza al espíritu creador
de la mujer que nos da el ser.
¿por qué mutarlas?
¿por qué impedirlas?
si es la tierra fértil y generadora
donde germinan esplendorosas
nuestras vidas vividas y efímeras.
polen generacional florente
que dictan la diversidad sapiente
nacido de ti mujer: mi madre
¿por qué asesinarte si nací de ti?
¿por qué no sé escuchar y respetar
tu naciente voz individual?
¿por qué callarte si eres tú mi propia vida?
¡Ya Basta tu cacería sobre este plano!
Exterminemos con ese gen
de víboras cola de huesos
que se comen a sus propias madres,
o madres, ya no más hijos huérfanos…