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Joshua Abenamar Balcells González1

 

“…la causa de la inundación reside en la incapacidad de los sumideros para tragarse el agua. Esta incapacidad aumenta con los estorbos que la corriente arrastra y tapan las bocas. El sumidero principal…el que tiene la boca más grande, debe limpiarse antes que ninguno. Los otros son más pequeños y tienen la virtud de estar a distintos niveles. De ahí su importancia. Los esfuerzos deber ser concentrados en destapar las bocas de los sumideros. Si esto fracasara queda una fuerza a nuestro favor: el peso del agua…hay cadáveres enredados entre las ramas, animales, troncos, piedras, basura…” Eraclio Zepeda Ramos / Las grandes lluvias

México vive una profunda crisis social que se refleja en la falta de consenso sobre la efectiva operación de las instituciones gubernamentales. Los organismos encargados de la investigación, conservación, administración y difusión del patrimonio cultural no son la excepción. La centralización del poder, el tráfico de influencias, la falta de transparencia, el despilfarro económico, la discriminación social y la existencia de líneas marcadas de interpretación son constantes en casi todos los proyectos enfocados al estudio o la gestión de los vestigios del pasado prehispánico. Arqueólogos, restauradores y contadores ejercen funciones institucionales a partir de líneas de acción con pocas cualidades humanísticas y con un sesgo político y económico que deriva en la manipulación patrimonial. En este punto, el pasado prehispánico2pensado como patrimonio cultural3 posee un fuerte impuesto ideológico donde se conjugan intereses políticos y económicos de naturaleza neocolonial4 . Entonces, además de que los restos del pasado, llámense patrimonio arqueológico5 , están expuestos a una destrucción progresiva y requerimos de acciones para su conservación, también es urgente la discusión de las formas en las cuales se administra, investiga, conserva y difunde dicho patrimonio.

Actualmente el sitio y la zona arqueológica6 de Palenque son operados de forma intransigente, donde la falta de transparencia y la ausencia de participación social municipal también son una constante7 . Las líneas de operación institucional parecen surreales e incluso distópicas porque han sido rebasadas por las condiciones históricas, las necesidades y los problemas inmediatos que rodean al patrimonio cultural. Mediante un proceso mediático, investigadores y administradores legitiman discursos patrimoniales excluyentes, soflamas con fuertes contenidos de poder que suavizan relaciones de inequidad y discriminación social, la corrupción y la incompetencia institucional. En esta esfera de modo cuasi-natural un grupo de académicos y funcionarios públicos se han obsesionado con el sitio arqueológico, se han apoderado de las comisiones, también de los espacios de expresión letrada y de los espacios públicos de locución. Aquí resulta pavorosa la apropiación de los espacios dedicados a la difusión de la investigación cultural: publicaciones, museos y diversos foros que sirven para la celebración de congresos en un marco caracterizado por el despilfarro económico y el reduccionismo elitista del patrimonio8 .

A partir de su presencia en Palenque durante al menos 30 años, grupos específicos han consolidado o bien estabilizado su trayectoria académica y su cartera con un discurso patrimonial disfuncional. Además, frente a la apatía social y bajo el visto bueno de las autoridades gubernamentales, los directores de proyectos y/o contadores emplazados en el INAH, o bien al interior de las universidades públicas, se han empeñado en perpetuar (por dedazo) un proceso poco trasparente mediante el cual se designa al director de la zona arqueológica, al director del museo del museo de sitio, los proyectos de investigación-conservación que se aplicarán en Palenque, las publicaciones que saldrán a la luz y los congresos que derivarán de estas acciones. Este proceso se materializa a costa de recursos públicos, tiene como objetivo oscurecer la heterogeneidad social y favorecer relaciones interpersonales de poder y autoridad. Para el caso de Palenque, en términos de investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico existen básicamente cuatro grupos. Un quinto conjunto puede ser definido a partir de la administración, regulación jurídica, estructura burocrática y de salvaguarda en torno a los recursos patrimoniales.

 

Los grupos de poder y sus proyectos9

El primer grupo es carácter oficial debido a la adscripción institucional del personal y la procedencia de sus recursos. Está encabezado por Arnoldo González Cruz, arqueólogo emplazado en la delegación chiapaneca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), siendo quien funge como director del Proyecto Arqueológico Palenque (PAP). Aunque a este proyecto debe reconocerse la fuerte restauración, los grandes hallazgos sucedidos en el núcleo cívico-ceremonial y nuestro conocimiento prístino en torno a los grupos habitacionales del sitio arqueológico (en los años noventa del siglo pasado), este proyecto se caracteriza por cuatro tres líneas de comportamiento disfuncional: la orientación cegarra de su arqueología monumental; la casi nula producción académica y de difusión social y la mala administración. Esta situación ha sido heredada del funcionamiento general del INAH, una participación mediática que mantiene el discurso conservacionista patrimonial e identitario a parir de la noción estado-nación y que al mismo tiempo realiza una mala canalización de los recursos que termina en la ordeña del presupuesto. Ello se refleja en la dinámica del administrador en turno, ya sea dentro de dicho proyecto o intrínsecamente en el Centro INAH Chiapas, donde el presupuesto antropológico entra a especia un agujero negro cósmico del cual jamás volverá. Al igual que en el resto de los proyectos arqueológicos de sitios monumentales del país, se antepone la intervención monumental y los grandes hallazgos (tumbas específicamente) frente a la producción de información científica y humanista. Esta práctica ha sido replicada por Manuel Gándara como una arqueología de “piramidiotas”, es decir una arqueología tradicional y oficial cuyo problema ya no es de presupuesto, sino de profundas limitaciones teóricas, metodológicas, técnicas, logísticas y políticas. Como ejemplo basta localizar áreas y edificios bajo procesos de excavación-conservación poco ortodoxos e incompletos10. Además, resulta irónico que el hecho de que a pesar de tener respaldo político y presupuestal oficial, durante los últimos años este proyecto se haya tensionado con la Coordinación de Recursos Financieros del INAH y con el departamento administrativo en el Centro INAH Chiapas, a causa de la liberación a destiempo y de manera amorfa de su presupuesto anual. Como ejemplo vale la pena señalar los episodios trágicos donde ha resultado un verdadero problema pagar la nómina semanal o mensual del proyecto, bien los aguinaldos. No menos importante resulta la restricción de las actividades de exploración y conservación arqueológica a partir de la carencia de recursos (el clásico réquiem del presupuesto).

El segundo grupo está encabezado por Martha Cuevas García, investigadora que también se encuentra adscrita al INAH con sede en la Ciudad de México. Este grupo también es oficial, sin embargo adquiere un carácter disidente porque nace, desaviene y antagoniza a partir del PAP. Por esta discrepancia alienada, Cuevas García ha centrado sus actividades bajo tres líneas de acción. Por un lado se ha empeñado en agudizar la disputa de la dirección del proyecto oficial (PAP), lo cual no ha conseguido debido al des-favorecimiento y discrepancia entre los intereses de las autoridades y grupos de poder al interior y exterior del INAH; además se distingue por el reclutamiento de arqueólogos con carrera y formación incipiente, dando lugar a publicaciones disparatadas con falta de consenso dentro y fuera de los grupos de poder de Palenque; por último, ante la falta de presencia e inoperancia dentro de una arqueología de campo, este grupo se ha centrado en el estudio y literalmente la apropiación de los materiales de la bodega de materiales arqueológicos del sitio y del espacio anexado al museo. Cuevas García se ha encargado de hacer prácticamente imposible el acceso a la consulta de dichos materiales.

El tercer grupo está encabezado por Rodrigo Liendo Stuardo. Este arqueólogo se encuentra adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aunque sus orígenes también están el INAH y en el PAP, en la arqueología oficial. Este grupo lleva a cabo actividades arqueológicas con recursos de dicha entidad educativa y frecuentemente del Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (CONACYT)11. Debe reconocerse que el trabajo de Liendo ha ampliado nuestro conocimiento sobre la distribución regional de sitios y es notoria la producción de trabajos publicados en espacios especializados. Sin embargo, de las cinco cabezas de grupo es una de las más macabras debido a su comportamiento aprehensivo, obsesionado y compulsivo con el sitio arqueológico, ya que a partir de su adscripción universitaria, el peso institucional de aquella entidad, el constante movimiento político personal y la simpatía que le guarda la cúpula de poder dentro del INAH, ha logrado la monopolización de la investigación local y regional, además de su presencia casi perpetuada dentro de los espacios académicos y la difusión científica. No es raro que este personaje se valga su situación político-académica para acceder a información que beneficie a su proyecto y al de sus pupilos (quienes se encargarán de perpetuar esta presencia). Tampoco es inaudito que esta persona decida la viabilidad de los proyectos de investigación arqueológica a realizarse en Palenque o la pertinencia de quienes busquen participar dentro de la vida administrativa de la zona. En términos estrictamente arqueológicos y de conservación patrimonial, la situación de este grupo resulta grave si pensamos en la casi nula presencia de actividades de conservación- Revista Escribas Junio 2018 • num. 0 Pag. 9 restauración de monumentos y artefactos a nivel regional, y que durante casi 20 años cincelados en el municipio, sea el grupo más alejado de la difusión e integración social. Resulta ilógico e irónico que a diferencia del PAP (el proyecto oficial), a pesar de tener permisos de excavación e investigación expedidos por el Consejo de arqueología (INAH), a los proyectos de este grupo casi nunca se le realizan observaciones en torno a la conservación, métodos y técnicas de investigación empleadas, o bien que nunca le hayan realizado una verificación de las áreas realmente recorridas en la región, de los monumentos excavados y especialmente de los procesos de conservación bajo los cuales han sido intervenidos los monumentos regionales y locales. A este grupo se le giran prácticamente de forma automática permisos anuales para operar al interior del sitio y la región. Bajo este carácter paternal y permisible de la UNAM y del INAH, se escudan y operan proyectos individuales de estudiantes de universidades estadounidenses que de otra forma no podrían ser aprobados debido a la vaguedad de tópicos y falta de experiencia para la exploración arqueológica.

El cuarto grupo es el de los restauradores-conservadores. México tiene una larga tradición en la formación de prestigiados especialistas en conservación a través de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH (ENCRyM). La actividad de estos especialistas y técnicos se ha profesionalizado de manera institucional a través de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC). Dadas las características constructivas y constitutivas del patrimonio arqueológico de Palenque, una de las preocupaciones fundamentales del PAP ha sido sobre la necesaria presencia de restauradores a lo largo de todo el año. Viniendo de más a menos este hecho ha derivado en el establecimiento de una tradición de conservación a nivel de sitio que ha contribuido a la imagen restaurada del núcleo cívico-ceremonial y el más o menos buen estado de conservación de casi todos los artefactos que se exhiben en el museo y que se albergan en las bodegas de materiales. Sin embargo, la conservación arqueológica y arquitectónica de Palenque se ha depreciado como parte de un proceso de centralización y acumulación de poder, incapacidad y por el empleo de criterios de intervención que son discutibles. Actualmente no existe proyecto de conservación ni restaurador dentro de Palenque que no pase por las manos de Paula García Reyes y compañía, “conservadora” adscrita al INAH. La CNCPC parece privilegiar o temer a este grupo (incluyendo a parte del personal de conservación albergado al interior del Centro INAH Chiapas) porque de otra manera no se explica su acción permisible frente a especialistas y proyectos mejor calificados para la intervención de monumentos y la difusión social de estas actividades. Los proyectos de conservación en Palenque se caracterizan por intervenciones extremadamente técnicas por encima de los valores filosóficos y teóricos que deben guiar la investigación y conservación del objeto. Es notoria la frecuente presencia de intervenciones llevadas a cabo por restauradores-conservadores pasantes, con carrera trunca, con intensa formación técnica o bien empírica, estudiantes o personal semi-especializado cuya experiencia es nula en Tierras Bajas Mayas (nótese el paso reciente de restauradores incipientes al interior y exterior del PAP). Además, se debe mencionar que casi por regla los trabajos de conservación siempre se enfocan a El Palacio, Templo de las Inscripciones y demás monumentos dentro del núcleo del sitio, donde las problemáticas de estudio y las condiciones de trabajo son más cómodas que plantear un proyecto integral de conservación a nivel de sitio y región, en conjunto con los proyectos arqueológicos que allí se desarrollan. Llevan décadas sin salir del núcleo cívico-ceremonial y sin la presencia de un proyecto transparente, con seguimiento, con ordenamiento sistemático y con fundamentos teórico-prácticos que permitan maximizar los recursos y los resultados de la intervención. Pasa lo mismo que con la arqueología oficial, no existe dinero que alcance para la restauración de Palenque porque el problema no es solo de presupuesto sino de serias limitaciones filosóficas, teóricas, técnicas y metodológicas de los proyectos y de la formación del personal que ejecuta12. Por ejemplo, entre otros elementos estructurales y decorativos, Palenque se caracteriza por la presencia de numerosos monumentos con inscripciones esculpidas en piedras calizas o bien modeladas con estuco. Aquí resulta escandalosa la presencia de restauradores que al realizar actividades de limpieza y/o reintegración, lo hacen sin la presencia de un arqueólogo o epigrafista junto a ellos, o bien sin el empleo de material gráfico que les permita tener una guía para su actividad (están trabajando a ciegas). ¿Cómo realizar la intervención sobre un monumento cuyo aspecto formal y significado se desconoce?. Privilegiar el aspecto técnico, constitutivo y estético del objeto no implica una intervención integral. Entre otras cosas, entendemos lo imposible de revertir el sentido del tiempo, pero es necesario revisar las cargas de los morteros y los procesos de aplicación empleados para resane y reintegración de aplanados, especialmente aquellos aplicados sobre estucos modelados, ya que no es raro encontrar áreas que fueron intervenidas recientemente y que hoy se encuentran en pésimo estado de conservación, o bien la presencia de auténticas plastas de cal y cemento blanco que hacen incomprensible la lectura del monumento. Frente a estas problemáticas resulta pavorosa la ausencia de la institución (a través de la Secretaría Técnica del INAH, el Consejo de Arqueología y la CNCPC) frente a la regulación de las personas y la vigilancia de los procesos empleados en la intervención de los vestigios patrimoniales.

Por último, el quinto grupo es el administrativo, burocrático y de custodia. Por cuestiones de spacio no voy a abordar la problemática total de este grupo y sus repercusiones patrimoniales. Junto con Liendo, la cabeza de este grupo es verdaderamente tenebrosa y casi fantasmagórica. Está representada por la presencia y la imagen perpetuada de Juan Antonio Ferrer. Se trata del clásico contador y político que durante toda su vida ha subsistido a partir de la función pública (en la mejor expresión perpetua de la parábola “me voy pero me quedo para siempre con ustedes”). Durante toda la administración tangible y el legado intrusivo intangible de este personaje dentro de la estructura burocrática de Palenque, las líneas de acción se caracterizan por: el empleo de la función y la infraestructura pública para la concentración del poder político y económico personal; por la notoriedad de acciones dirigidas al sustento del poder político central y no a favor de una política patrimonial que favorezca la realidad social del municipio y del estado; por la presencia de ejercicios que van en contra de la etnicidad local (autoritarismo y discriminación social); por la permuta de dominios que sustenta el tráfico de influencias (anótese la imposición de cargos); por la construcción de un organigrama disfuncional; por la falta de transparencia en el movimiento de los recursos económicos; y por último, por la presencia mediática y coercitiva de la persona sobre los grupos encargados de la investigación, conservación y custodia del sitio arqueológico, a tal grado de llegar a representar una especie eje transversal y persona moral frente a los grupos ya mencionados. De esta política patrimonial emerge el personal que actualmente dirige, administra y salvaguarda la zona arqueológica.

Alrededor de estos grupos circulan personas u otros grupos con proyectos arqueológicos, epigráficos y museográficos de mayor o menor envergadura (dependiendo de su adscripción institucional y contexto político-cultural), que por identificación, temor y cobardía, conveniencia y/o conformismo, terminan por fusionarse con los grupos de poder oficial bajo una conducta políticamente correcta, donde su presencia y comportamiento permiten casi la inmortalización de un discurso patrimonial basado en la inequidad social.

 

¿Qué podemos hacer frente a estas problemáticas?

Los grupos mencionados se han aprovechado durante décadas de su posición instituida y han logrado totalizar recursos económicos, espacios de difusión y ejercer presión diacrónica sobre las relaciones de poder y autoridad. Sin embargo la producción de conocimiento antropológico en torno al pasado prehispánico, la administración y conservación de los recursos patrimoniales no ha impactado directamente en el desarrollo social del municipio y la región. La gravedad del asunto es que los grupos de poder se aprovechan de la desinformación y del desinterés social local que existe frente a los vestigios del pasado prehispánico. En esta dirección se perpetúa la manipulación de información en torno a los procesos históricos porque los grupos justifican su existencia bajo formas de difusión que al final resultan convenciones con contenidos erróneos, discriminatorios, deterministas y manipulados, puesto que tienen el control de los medios y los foros de comunicación, y lo único que se difunde es su propia información. Se trata un proceso casi tautológico13, donde la repetición de un discurso es la constante.

Los vestigios materiales e inmateriales del pasado prehispánico pertenecen a todos y es una responsabilidad social vigilar su investigación, conservación y difusión. Ante el evidente fracaso institucional esta es una labor trabajo que no puede ser exclusiva de los organismos gubernamentales y de las universidades. Entre otros factores la indiferencia civil hacia el patrimonio arqueológico en Palenque ha derivado en este tipo de comportamiento monopolizado frente a la cultura arqueológica. En Palenque no es raro encontrar personas, incluso funcionarios públicos y empresarios que jamás han visitado la zona arqueológica, o bien la existencia de grupos que son indiferentes frente a la destrucción patrimonial que realiza nuestra sociedad y/o las instituciones. En esta dirección, la mayor parte de la población civil (incluido quien escribe) hemos recalado en un empleo mediático y económico único sobre los recursos arqueológicos y ecológicos de Palenque, olvidando la función educativa e instrumental de los recursos culturales y medio ambientales (llámese desarrollo social). Incluso en el aprovechamiento económico de la zona arqueológica la institución ha fallado porque en lugar de dotar de herramientas a la población inmediata, obstaculiza su desarrollo. Actualmente la opinión de artesanos, guías de turismo, comerciantes y población en general que coincide con esta visión alterna y crítica ha sido silenciada por el sistema.

En este sentido, la Secretaría de Cultura tendría que poner atención a este tipo de concentraciones de poder donde son cómplices investigadores, administradores y población civil. Este asunto requiere atención inmediata porque no se trata de un hecho aislado. El tráfico de influencias y la existencia de líneas de acción unilateral en la operación de los sitios y zonas arqueológicas, existe en casi todas las regiones culturales y patrimoniales de México. La misma Ley General de Cultura y Derechos Culturales debería ser respetada pero también revisada ya que existen enormes vacíos que no ponen atención a la monopolización del patrimonio cultural en todas sus aristas. La dirección general, la secretaría técnica y la coordinación nacional de arqueología del INAH tienen que poner mayor atención en el funcionamiento y la integración del colegiado que compone el Consejo de Arqueología. También convendría la aplicación efectiva o bien la revisión de la Ley General sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, así como de los Lineamientos para la Investigación Arqueológica en México.

Con respecto a las universidades que poseen permisos para la investigación arqueológica, es urgente e imperativa su participación bajo una política integral dentro de los programas de desarrollo social. Las rectorías universitarias tienen que poner mayor atención sobre las formas de acción de sus investigadores, ya que resulta responsabilidad de las casas de estudio profesional el comportamiento del personal adscrito. Resulta escandaloso que ninguna universidad chiapaneca sea capaz de intervenir en el estudio y administración del patrimonio. Además es necesaria una participación más activa del Gobierno Estatal y del Ayuntamiento, de la sociedad en general, pero no solo como observadores pasivos en función de los operadores político-turísticos, sino también como reguladores con presencia activa dentro de los procesos de investigación y difusión del patrimonio arqueológico (urge la formación de especialistas palencanos y chiapanecos de alta productividad).

Desde el sesgo económico y jurídico, el gobierno estatal y municipal deben impulsar reformas de ley que garanticen que la derrama turística que deriva de la visita al sitio no quede contenida dentro de los grandes consorcios de enormes empresarios que operan en nuestro país, o bien que los recursos se empantanen para siempre en la federación. Es urgente el diseño de estrategias y la aplicación de reformas que hagan posible que un porcentaje de los recursos derramados por el turismo, entren directamente al gobierno estatal y al municipio para su posterior aplicación en proyectos de desarrollo e investigación social. Resulta lamentable que no exista una retribución directa de todos los recursos que entran a partir de la visita a la zona arqueológica frente a las necesidades básicas del municipio: alimentación, salud, educación, deporte, arte, cultura, etc. Esta también sería una forma comunal de usar y conservar nuestro patrimonio.

Es necesario que los especialistas que operan en la zona arqueológica de Palenque sepan que su formación científica no los posiciona por encima de la población y sobre el patrimonio cultural. Su postura tiene que ser respetuosa frente a la comunidad local y tienen que dar paso a la alternancia política. Resulta urgente tener carácter moral para renunciar al monopolio cultural porque los resultados de su acción no son satisfactorios para la realidad histórica y la realidad social actual de Palenque, de Chiapas y del país en general. Es necesario que el especialista salga de su zona confortable, que entienda que opera con recursos públicos y no con recursos privados, por lo cual no se puede tolerar la acumulación de poder y autoridad central, y que la apropiación absoluta de los espacios de investigación no representa sanidad social. Es imperante la evaluación del desempeño de los funcionarios y la efectiva difusión inmediata de esta evaluación. Además tal y como lo marca la Ley General sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, las instituciones y su personal tienen que tener solvencia moral al intervenir nuestro pasado prehispánico. Por último, entendamos que las instituciones existen por la comunidad, no son una construcción celestial. Existen para regular comportamientos en torno a las necesidades del colectivo, y las ciencias antropológicas tienen su razón de existir en la producción de conocimiento para la aplicación social dentro de los programas de desarrollo humano (hacer ciencia por hacer ciencia deriva en la inoperancia del conocimiento). De lo contrario, institución y ciencia no tienen razón de existir a costa de los recursos públicos. Actualmente en Palenque se opera fuera de estas nociones y este proceso se perpetúa a través de nuevas generaciones. Revertir este proceso implica ir en contra del comportamiento humano repetido incluso si ello oscurece el hábito propio.

 

1Doctor en Antropología por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha realizado dos estancias post-doctorales, una en la Universidad de Granada, España, y otra en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
2Espectro temporal que comprende a los primeros habitantes del territorio mesoamericano hasta el contacto europeo en 1521, es decir el tiempo anterior al proceso de colonización española.
3 Conjunto de bienes tangibles e intangibles que constituyen la herencia de un grupo humano. El concepto es dinámico y subjetivo ya que se define a partir de la valoración personal o colectiva de un objeto, un conjunto de objetos, bienes, ideas o hechos históricos. El patrimonio cultural depende de una valoración que pertenece a un momento histórico y dicha valoración determina los bienes que hay que proteger y conservar para la posteridad.
4 Practica orientada a la apropiación y dominación de los territorios a partir de un paradigma de acción social e interpretación histórica e carácter unilateral e intransigente.
5 Refiere a todos los bienes muebles o inmuebles de carácter pre-histórico e histórico. Representan la materialización de la actividad humana a lo largo de la historia. Su recuperación y estudio requieren un trabajo arqueológico.
6 La diferencia entre sitio y zona arqueológica es prácticamente de semántica lógica y contextual. Un sitio es el lugar o área donde se encuentran monumentos y/o artefactos arqueológicos. El concepto es empleado por especialistas para referirse a una escala espacial de estudio arqueológico. La zona arqueológica es el lugar donde se concentran monumentos y artefactos arqueológicos, pero el área ha sido abierta al público para fines turísticos, recreativos e interpretativos. La zona arqueológica incluye edificios que no necesariamente son de carácter arqueológico (museos, oficinas, baños, estacionamiento, comercios, etc.), el sitio refiere estrictamente al espacio que forma la parte arqueológica.
7 Este trabajo se desprende de una amplia investigación antropológica que deriva de la elaboración de tesis de grado y posgrado, artículos y ensayos de carácter antropológico social, arqueológico y etnográfico en torno a los usos y discursos del pasado prehispánico en la región de Palenque. Las opiniones e interpretaciones vertidas en este documento se desprenden de mi participación en proyectos de investigación y conservación arqueológica en Palenque desde 1998 hasta el año de 2016. Por lo tanto este artículo mantiene un sesgo teórico, otro interpretativo y finalmente un lado fenomenológico (experiencial).
8 Nótese la revista Arqueología Mexicana aplicada al caso de Palenque donde solo publican los elegidos del sistema patrimonial oficial: los mismos invesitgadores y sus alumnos. Cada año con los mismos discursos mediáticos y disfuncionales en torno a Palenque. Nótese también el caso de la VIII Mesa Redonda de Palenque en 2017, donde un grupo de funcionarios – académicos en un acto de arbitrariedad y dentro de un contexto de exclusión social elitista, se encargaron de decidir quiénes podían participar con ponencias, qué ponencia debía ser premiada y quiénes deberían quedar marginados de toda intervención.
9 En este apartado se mencionan nombres en calidad de funcionarios públicos y académicos universitarios, cuyos proyectos operan con recursos públicos, aquí la justificación sobre el escrutinio de sus actividades, el análisis antropológico y la crítica social que se realiza. De ninguna manera se emplean alusiones de carácter personal o que tengan que ver con la vida (conducta) privada de los personajes mencionados. Omitir nombres y acciones sería exponer un artículo vago.
10Entre los casos más recientes vale la pena mencionar el proceder del personal del templo XI, un edificio incomprendido arqueologicamente, que no tiene cuadrícula y niveles de excavación, y que por consecuencia carece de control estratigráfico. Vale la pena echar un vistazo a la parte superior de dicho edificio, donde prácticamente (al mas puro estilo armadillo) se “escarbo” un hueco con el objetivo de dar con la tumba.
11En México, la academia no está exenta de los tentáculos del monopolio cultural. Resulta irracional que con los altos salarios, los apoyos para la investigación y la publicación que reciben los investigadores al interior de las universidades (especialmente de la UNAM) además, sean beneficiados con recursos de gobierno federal a través de los programas de becas para investigación y del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT. De esta manera un solo investigador o grupo de investigadores con suficiente poder político y académico, pueden llegar a concentrar/centralizar todos los recursos disponibles en favor de su proyecto de vida académica. Entonces ¿Qué pasa con los investigadores que no tienen adscripción institucional? ¿Cómo acceder a los recursos y herramientas de investigación si todo se concentra en las manos de unos cuantos grupos de científicos?
12Recientemente la embajada de Estados Unidos dono 500,000 dolares para emprender acciones de investigación, conservación y restauración en Palenque, al parecer exclusivamente para emplearse en la Cripta albergada en el Templo de las Inscripciones. Es urgente la transparencia en el gasto de este recurso en relación al proyecto de investigación – conservación, el personal y la calendarización de estas actividades. No menos importante la exposición de resultados. Vale la pena señalar que el acceso a dicho espacio funerario está restringido al público en general (por cuestiones de preservación), sin embargo se puede lograr un acceso mediante influencias políticas y/o económicas, bajo el amparo de las autoridades.
13 Tautológico refiere a la repetición de un pensamiento sobredicho de distintas maneras pero con las mismas fórmulas retóricas. Una reproducción improductiva y corrompida

 

 

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