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¿Qué es el Cambio Climático?

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en su Artículo 1°, define cambio climático como: un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables; de la misma forma, distingue entre cambio climático atribuido a actividades humanas que alteran la composición atmosférica y variabilidad climática atribuida a causas naturales. La atmósfera de nuestro planeta se compone de varias capas, la tropósfera es la más baja de ellas y contiene los gases que mantienen la temperatura del planeta, en las condiciones que permiten la vida como la conocemos. Es decir, la radiación solar que alcanza la Tierra calienta la superficie y también la atmósfera debido a que la radiación infrarroja es absorbida y reemitida por gases que en ella se ubican, tales como el dióxido de carbono (CO2), el vapor de agua, el ozono (O3), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4), los hidrofluorocarbonos (HFCs), hidroclorofluorocarbono (HCFCs) y el exafloruro de azufre (SF6). Este fenómeno natural es conocido como efecto invernadero y a los gases que lo ocasionan como Gases de Efecto Invernadero (GEI). El efecto invernadero se había mantenido en balance los últimos miles de años y de no existir, se calcula que la temperatura del planeta sería aproximadamente de 18ºC bajo cero en promedio. La composición de la atmósfera de nuestro planeta ha sufrido varios cambios naturales a lo largo de millones de años. Sin embargo, el estilo de vida del ser humano moderno está produciendo transformaciones en el clima global del planeta en tan sólo unas cuantas décadas. Esto, debido a que dos terceras partes del incremento de las concentraciones de CO2 han ocurrido después de la revolución industrial, tras la invención de la máquina de vapor a mediados del siglo XIX, la consecuente revolución tecnológica e incremento de la población mundial. Efecto invernadero de la atmósfera terrestre Cuando se aumenta el volumen de los gases de efecto invernadero y por lo tanto su concentración en la atmosfera, como actualmente ocurre, esto sobrecalienta el planeta y causan el acelerado cambio climático que estamos viviendo. El petróleo del subsuelo, base de nuestro sistema de producción, se transforma en mucho de lo que consumimos: plásticos, gasolina, medicinas y energía, así como la forma en que usamos el resto de los recursos naturales, como los ecosistemas forestales, que a su vez liberan GEIs a la atmósfera. Por eso es urgente que la sociedad asuma su corresponsabilidad para actuar consecuentemente. Es necesario que toda la población modifique sus patrones de producción y consumo; es decir, sólo con la participación de todos se puede lograr una adaptación y mitigación ante el cambio climático.

El 7 de abril de 2011, se presentó el borrador del Programa de Acción Ante el Cambio Climático del Estado de Chiapas (PACCCH), por ello el Gobierno del estado de Chiapas, a través de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural, lo sometió a consulta pública, durante tres meses que concluyeron el 7 de julio de ese año. La finalidad de la consulta fue enriquecerlo con la retroalimentación de personas o grupos chiapanecos interesados en la problemática ambiental. Para este propósito, se llevaron a cabo nueve talleres regionales de consulta pública en nueve ciudades estratégicas: Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas, Comitán de Domínguez, Motozintla, Tapachula, Tonalá, Villacorzo, Pichucalco y Palenque. En estos talleres regionales participaron funcionarios de los tres niveles de gobierno, representantes de organizaciones sociales, periodistas, miembros de comités, estudiantes e investigadores de instituciones académicas que aportaron sus sugerencias y comentarios al documento.

Posteriormente al término de las consultas regionales del PACCCH, a través de la coordinación entre la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN), Conservación Internacional (CI) y la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), y dependencias gubernamentales, se creó el programa de Acción Ante el Cambio Climático del Estado de Chiapas que se fundamenta en la política, la participación social y principalmente en la ciencia. Se definieron los propósitos del PACCCH que eran los de conocer el nivel de contribución de Chiapas al cambio climático mediante el inventario de Gases de Efecto Invernadero (IGEI), el escenario de referencia de deforestación y degradación, así como el potencial impacto que representará el cambio climático a lo largo del presente siglo a través de los escenarios climáticos estatales.

Contribución de Chiapas al cambio climático

En el año 2005, Chiapas emitió 28,161,080 toneladas de CO2. El principal sector emisor con un 57% es uso de Suelo, Cambio de Uso de Suelo y Silvicultura (USCUSS), 16,182.08 toneladas de CO2 que provienen principalmente de la deforestación y degradación forestal para la transformación de las tierras forestales a tierras agrícolas y pastizales para uso ganadero. El segundo sector en el rango de emisiones es el de Agricultura (incluyendo ganadería), donde se identificó a la fermentación entérica (digestión del ganado) como una fuente importante de emisiones de metano y la fertilización de tierras agrícolas que emite dióxido nitroso en menor proporción que generaron 5,392.28 toneladas de CO2, equivalente al 19%. El tercer sector, también con una alta relevancia es el Energético, donde la principal fuente de emisión es el consumo de combustibles fósiles, principalmente para transporte (gasolinas y diésel), el cual está creciendo de manera importante y es responsable por 4,314.16 toneladas de CO2 aportando el 15% de las emisiones generadas en Chiapas. Por otro lado, las emisiones generadas por el sector desechos aportan 2,131.62 toneladas de CO2 contribuyendo con el 8%, en la cual los residuos sólidos y las aguas residuales cobran importancia; finalmente en el sector de procesos industriales con emisiones provenientes de la producción de cal y alimentos, así como el consumo de gases refrigerantes, emiten apenas el 1% con 140.34 toneladas de CO2.

Impactos del cambio climático en Chiapas

Se ha notado un incremento en la frecuencia e intensidad de los eventos hidrometeorológicos extremos en Chiapas, tales como huracanes, ondas de calor, sequías y tormentas, provocando inundaciones y deslaves entre otros eventos que han causado daños económicos, sociales y ambientales. El INEGI en 2011 señalaba que la temperatura media anual del estado variaba dependiendo de la región, de 18°C en los Altos de Chiapas, a 28°C en la Llanura Costeña. La temperatura promedio más alta era de 30°C y la mínima de 17.5°C. En este contexto, los escenarios climáticos futuros para el estado mostraban que bajo el contexto global de estabilización de emisiones medias altas a 659 ppmv (escenario de emisiones de IPCC A1B), se preveía un aumento de 3°C hasta 3.4°C de la temperatura promedio para finales de siglo; y de 3°C hasta 3.6°C para las temperaturas máximas en las regiones Centro, Frailesca, Fronteriza, Sierra y Altos comparado al clima de ese año. Con relación a la temperatura mínima, se esperaban incrementos de entre 2.5°C y 2.8°C en las regiones Centro, Altos, Frailesca, Fronteriza, Sierra y Norte y de 2.3°C hasta 2.5°C en las regiones Istmo-Costa, Soconusco y Selva de Chiapas. Con base en la información científica generada, hasta ese momento, especialmente para el estado de Chiapas, para finales de siglo se esperaban aumentos en la cantidad de lluvia mayores a los 0.7 mm/día en la zona de Soconusco y reducciones que resultaban preocupantes por estar en el orden de entre -0.7 y -1 mm/día para las regiones Altos, Sierra, Fronteriza y Selva. El escenario proyectado para días secos consecutivos en el futuro cercano (2015-2039), mostraba eventos de 30 a 50 días consecutivos secos y hasta los 60 días para finales de siglo, lo que representaba un aumento de 10 días secos consecutivos para futuro cercano y hasta 20 días para el futuro lejano en las regiones Istmo-Costa, Frailesca, Centro y Fronteriza.

Efectos e impactos de cambio climático en Chiapas

Por sus características ambientales y socio-económicas, Chiapas es un punto de referencia obligada en materia de cambio climático. En años recientes, el estado ha experimentado una serie eventos hidrometeorológicos que han generado desastres y graves daños, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de la sociedad chiapaneca. Sólo en el año 2010, Chiapas sufrió continuas afectaciones y desastres notables por fenómenos hidrometeorológicos en 43 localidades de 22 municipios.

De hecho, se ha documentado un patrón de incremento en la intensidad y frecuencia de los eventos hidrometeorológicos extremos en el estado, por ejemplo: los huracanes, lluvias intensas, sequías y ondas de calor. Aunado a esto, hay que considerar los deslaves, inundaciones y azolve en los ríos y lagos, ocasionados por la deforestación que deja expuesto al suelo a la erosión, provocando significativos impactos ambientales y económicos e inclusive tragedias sociales.

Gracias a su accidentada topografía, su consecuente diversidad climática y ser el punto en que coinciden las regiones bio-geográficas neártica y neotropical, Chiapas es extremadamente rico en biodiversidad. Además, es uno de los estados más variados del país en términos culturales, tiene una composición pluriétnica y pluricultural, heredera de conocimientos ancestrales que mantienen prácticas tradicionales en el uso de su biodiversidad.

Esta gran variedad de etnias y regiones genera diversas actividades económicas y dinámicas sociales; sin embargo, la mayoría de ellas comparten una dependencia al sector agrícola, pecuario y ganadero. Este común denominador aumenta la vulnerabilidad al cambio climático, debido a que dichas actividades dependen del clima y por lo tanto se incrementa la incertidumbre y el riesgo de su productividad. Es por ello, que el PACCCH debe de ser tomado como un documento base para originar estrategias municipales y regionales a fin de poder atender las situaciones de cada zona del estado conforme a su realidad demande.

En Chiapas se han establecido 47 Áreas Naturales Protegidas federales, estatales, certificadas y privadas las cuales representan el 19.8% de la superficie total del estado. A pesar de toda esta riqueza natural, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) ha informado que desde el año 2000, Chiapas es el segundo estado con mayor grado de marginación en el país y también ocupa el segundo lugar de desnutrición,20 con un crecimiento demográfico promedio: 4.5% (2 puntos por encima de la media nacional). La vulnerabilidad es el nivel al que un sistema es susceptible o no es capaz de soportar a los efectos adversos del cambio climático. La vulnerabilidad está en función del carácter, magnitud y velocidad de la variación climática al que se encuentra expuesto un sistema, su sensibilidad, y su capacidad de adaptación, la cual recibe influencia de los recursos económicos y naturales, las redes sociales, los derechos, las instituciones, la gestión de los asuntos públicos, los recursos humanos y la tecnología (IPCC, 2007). La población en Chiapas, por su alto grado de marginación, es más susceptible o vulnerable a los efectos del cambio climático, por lo tanto, es importante construir la capacidad adaptativa en el estado.

Adicionalmente, el Programa Conjunto de Agua y Saneamiento del Gobierno Mexicano y el Sistema de las Naciones Unidas en México para el logro de los Objetivos del Milenio identificaron los siguientes factores naturales y geográficos que contribuyen a la vulnerabilidad de los ecosistemas y habitantes de Chiapas de su estudio de 2010: 1) Condiciones de riesgo relacionadas con abarrancamientos, corrimientos de tierras e inundaciones recurrentes. 2) Expansión desordenada de asentamientos humanos y ocupación en zonas de amortiguamiento ante el impacto de eventos extremos del clima. 3) Pérdida de cubierta vegetal causa azolvamiento de los embalses, que reduce la capacidad de almacenamiento de agua y de control de avenidas. 4) Fragilidad natural relacionada con sus características geofísicas y la actividad sísmica, cuyos impactos se suman a los relacionados con la ocurrencia de eventos hidrometeorológicos extremos. 5) Existencia de fallas activas de peligrosidad media en las porciones centro y noreste del territorio estatal. En este contexto, las medidas de mitigación y de adaptación ante el cambio climático orientadas al desarrollo sustentable del estado forzosamente tienen que tomar en cuenta las características y condiciones sociales, naturales y económicas de Chiapas, buscando el bienestar de sus habitantes. Los puntos 4) y 5) no son directamente relacionados con cambio climático; sin embargo, interaccionando con éste aumentan la vulnerabilidad de la sociedad chiapaneca.

Mitigación y adaptación ante el cambio climático La mitigación del cambio climático se refiere a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen antropogénico o aumento de los sumideros de carbono. Esto tiene por objetivo reducir el cambio climático en el futuro y por lo tanto minimizar los potenciales daños. Las acciones incluyen implementación de energía renovable y tecnología limpia, reforestación, reducción de uso de vehículos privados, captura de metano en los rellenos sanitarios y prevención de erosión del suelo entre otras.

La adaptación al cambio climático se refiere a los ajustes en sistemas humanos o naturales como respuesta a estímulos climáticos proyectados o reales, o sus efectos, que pueden moderar el daño o aprovechar sus aspectos beneficiosos. Se pueden distinguir varios tipos de adaptación, entre ellas la preventiva y la reactiva, la pública y privada, o la autónoma y la planificada (IPCC, 2007). La adaptación es necesaria debido a que el cambio climático ya está ocurriendo y sus efectos se incrementarán, aún si estabilizamos las emisiones en el futuro. El concepto de adaptación o capacidad adaptativa está ligado a la reducción de la vulnerabilidad de una persona, comunidad o ecosistema, así como la resiliencia a los efectos e impactos de cambio climático. Las acciones incluyen conservación de corredores biológicos, restauración de la funcionalidad de las cuencas y drenaje y ordenamiento territorial en las zonas urbanas entre otras.

Muchas veces, una medida de mitigación o adaptación contribuye a ambas metas y las medidas de ambos propósitos son complementarias. Por ejemplo, la reforestación es una medida de mitigación, así como de adaptación, por aumentar el almacén de carbono en el suelo y biomasa, así como proveer servicios ecosistémicos tales como la conservación del suelo y la biodiversidad, regulación del microclima y la captura de agua, que previenen inundaciones, deslaves y sequias.

Es necesario implementar modificaciones de gran alcance en los procesos de desarrollo, en los patrones de uso del territorio (agua, suelo, recursos biológicos, fuentes de energía, servicios ambientales y ecosistémicos), así como en las prácticas de producción y los hábitos de consumo.

Bajo este contexto, se esperan importantes impactos en la economía global y local, los cuales serán crecientes a lo largo del siglo. Dichos impactos son una consecuencia lógica, toda vez que la economía y la ecología inevitablemente se encuentran estrechamente vinculadas.

Mitigar y adaptarse al cambio climático significa reorientar la inercia que lleva el desarrollo productivo de nuestra sociedad, para encaminarlo hacia un desarrollo armónico con el medio que nos rodea. En un principio se pensaba que esto significaría una confrontación directa entre los intereses que promueven el “crecimiento” económico, contra las ideas de manejo, prevención y protección ambiental necesarias para la lucha y adaptación al cambio climático. Sin embargo, la información científica ha puesto en claro que los enormes riesgos y costos económicos que implica el sobrecalentamiento del planeta y los cambios en el clima a gran velocidad, son mucho mayores que los necesarios para implementar las medidas de mitigación y adaptación. El estudio “La economía del cambio climático para México”, demuestra que en caso de no tomar acciones ahora, la economía mexicana, sufrirá costos económicos significativos como consecuencia del cambio climático. Es decir, los costos de la inacción son más elevados que los de ser proactivos.

En 2008 el estudio “La economía del cambio climático en México” coordinado por Luis Miguel Galindo Paliza, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM y mejor conocido como el Reporte Galindo, llevó a cabo un análisis del costo-beneficio de acciones de mitigación en el país, que muestra los costos de algunas medidas de mitigación en dólares por cada tonelada de dióxido de carbono, (por ejemplo, servicios ambientales, geotérmica, Unidades de Manejo Ambiental), y los beneficios, o costos ahorrados, por ejemplo optimización de rutas, densificación urbana y carbón vegetal, que muestra que la mitigación del cambio climático tiene potencial de ahorros económicos y costos que deberían estar planeados dentro del presupuesto del Gobierno (Figura 3). Es importante mencionar que la gráfica no toma en cuenta los co-beneficios sociales y ambientales de estas medidas de mitigación, que no se pueden expresar en un costo económico y solamente toma en cuenta los costos y beneficios por un horizonte de 21 años, basado en un costo de abatimiento generalizado.

Bajo este marco de referencia, será crucial el rol de la economía y los precios de algunos de los bienes y servicios públicos tales como la energía, las gasolinas o el agua; en equilibrio con las salvaguardas y consideraciones sociales tan importantes en un estado con las características de Chiapas.

La política pública de la federación, así como del estado, deben establecer el marco para incentivar acciones de mitigación y adaptación, para alcanzar compromisos internacionales de reducciones de emisiones, reorientando la economía a una baja en carbono y fomentando una sociedad y ecosistemas resilientes a los efectos de cambio climático.

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