Seleccionar página

Escribe Alfonso Naver

Fundador del periódico “Antena” del Oriente de Michoacán, columnista en “Diario Amanecer” del Estado de México, cofundador de la revista “Vasos Comunicantes” en la Ciudad de México.


Zona Arqueológica de Izapa. Foto Google Street View

Izapa es un extenso sitio arqueológico localizado en el Municipio de Tuxtla Chico, Chiapas. El nombre de Izapa puede interpretarse como: una deformación del vocablo Nahuatl “Atzacua” (lugar del reservorio de agua), o lugar del río de la Sal (ixtac+atl+pan). También puede ser el vocablo “Ixtapan” (sobre el arenal).

La localidad se encuentra ubicada a diez kilómetros de la ciudad de Tapachula, muy cerca del volcán Tacaná, que es una de las elevaciones más importantes de Guatemala y señala el límite con México. A solo 4 kilómetros de Izapa, el curso del río Suchiate traza la división limítrofe con Guatemala. Pese a no ser tan conocido. Izapa es uno de los centros más importantes en la historia económica y cultural mesoamericana. Descubierto hace más de 60 años y explorado extensamente entre 1961 y 1965, Izapa y muchas de sus esculturas fueron dejadas en un virtual abandono. Izapa también es único por los monumentos que aún quedan por descubrirse, pero más aún porque representa una de las primeras ciudades estado, cuyo surgimiento es tema crucial en la investigación arqueológica.

Los primeros investigadores fueron atraídos a   Izapa por los grandes montículos del sitio y muchos monumentos tallados. Los dibujos de los monumentos en Izapa se publicaron por primera vez en un folleto del profesor mexicano Carlos A. Culebro. en 1935 y 1944 fue inspeccionada por Eulalia Guzmán. Karl Ruppert visitó el sitio en 1938 mientras trabajaba con la Institución Carnegie. En 1941, Matthew Stirling, que trabajaba en representación de National Geographic y Smithsonian Institution, llevó a cabo una semana de excavaciones en Izapa para revelar mejor algunos de los monumentos tallados. En 1947, Philip Drucker amplió el trabajo de Stirling con una serie adicional de excavaciones de prueba a pequeña escala.   Rafael Orellana Tapia realizó estudios de las estelas, figurillas y utensilios del sitio en 1950. Otras exploraciones fueron realizadas por Ross Christensen en 1960. De 1961 a 1965, Gareth Lowe dirigió cuatro temporadas de excavaciones en Izapa en nombre de la New World Archaeological Foundation (NWAF). Las excavaciones de la NWAF enfatizaron el descubrimiento de monumentos y la comprensión de la historia de la construcción de las plazas centrales de Izapa. Lowe y sus colegas dataron la mayoría de los monumentos de Izapa en aproximadamente del año 300 a 50 a. C., sobre la base de las fechas de cerámica y radiocarbono, asociándolos con el período de mayor actividad escultórica y de construcción de Izapa.   Luego de una pausa de 25 años, se reanudaron las excavaciones en Izapa bajo la dirección de Hernando Gómez Rueda, trabajando para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entre 1992 y 1996 con el objetivo principal de documentar el sistema hidráulico y los monumentos de Izapa. Gómez Rueda sugirió varios roles posibles para el sistema hidráulico de Izapa, incluida la distribución de agua en todo el sitio, piscinas para criar especies acuáticas comestibles y un uso ceremonial-funcional híbrido.

Altar de Izapa en el MNA INAH. Foto archibox

En Izapa se desarrollaron desde por lo menos 1500 a.C, la cultura mixe-zoque (la cual tiene relación con los olmecas arqueológicos); los rasgos de la cultura pre-maya son evidentes, los cuales se hacen presentes posteriormente en toda el área maya del clásico. Izapa, inició su desarrollo alrededor del 600 a.C. y alcanzó su hegemonía como centro regional hacia el periodo Preclásico superior, debido, en gran medida, a las características climáticas en que se asentó, sobresaliendo el suelo fértil y la humedad alta, lo que permitía crear sistema de agricultura intensiva y la concentración de excedentes. Izapa fue el centro ceremonial, político y religioso más importante de la costa del Pacifico durante casi mil años. Su importancia derivaba tanto de factores comerciales como por ser centro religioso de la región. Por un lado, su posición favorecía las migraciones y el tráfico de jade, cacao y obsidiana. Pero sus restos no cobijan estructuras espectaculares ni pinturas famosas, como otros yacimientos ya que perdió mucha importancia durante el periodo Clásico de los mayas. La ciudad fue construida sobre una serie de colinas húmedas, con suelos volcánicos. Las condiciones del entorno ecológico eran muy adecuadas para el desarrollo de una agricultura muy productiva. El clima en el sur de Chiapas es cálido y muy húmedo, de modo que la región que rodea a Izapa fue una de las mayores productoras de cacao, que era un bien muy apreciado por los mesoamericanos. Esta región, fue llamada Xoconochco por los mexicas, quienes la incorporaron como una provincia tributaria de la Triple Alianza.

Izapa floreció durante el Formativo Medio y Tardío al Postclásico (650a.C. – 100 d.C.)., aunque algunos arqueólogos suponen que pudo haber sido ocupado desde el siglo XV a. C., en un tiempo contemporáneo a antiguas ciudades olmecas como San Lorenzo (Veracruz) y La Venta (Tabasco). La ocupación de Izapa fue continua hasta el Clásico Tardío. El momento exacto de la caída de la ciudad es debatido, en parte por la ausencia de materiales para fechamiento por carbono 14.

La situación y planificación de su centro ceremonial está plagada de referencias astronómicas, hasta el punto de que muchos arqueólogos sostienen que Izapa jugó un papel clave en la construcción de los calendarios mesoamericanos y, en particular, del calendario maya. Su misma orientación sobre un eje ligeramente desviado del norte geográfico y su alineación con el volcán Tacaná han hecho concluir que sus mejores estructuras y pirámides para la observación astronómica coinciden con el ocaso del solsticio de invierno en el hemisferio norte.

El antiguo emplazamiento de Izapa se extiende alrededor de 2 kilómetros, por lo que se trata de uno de los mayores en el estado de Chiapas. Su parte central se extiende en unas 200 hectáreas bajo una muy rigurosa planeación urbanística: 13 grandes plazas entre montículos en disposición cruciforme, con orientación constante y que incorporan en su traza la geografía sagrada de la región.

Las esculturas de Izapa integran ideas conmemorativas y mitológicas sobre el ser humano y la naturaleza, con una utilidad tanto práctica como espiritual. Su mayor aporte es la escultura en bulto en el acomodo de estelas y altares, elemento cultural asociado a los montículos más importantes y el cual aparece posteriormente en el área maya durante la época clásica. En muchas de estas estelas están retratados personajes que aparecen en las leyendas del Popol Vuh, libro que narra las antiguas tradiciones originarias de los mayas de los altos. El estilo “Izapeño, desarrollado a lo largo de 700 años (desde 600 a.C. hasta 100 d.C.), se distribuyó por lo que ahora es la costa chiapaneca y la costa guatemalteca. Se distingue por estelas talladas en bajo relieve que presentan un arreglo vertical dividido en tres planos: el celeste, el terrenal y el del inframundo, presentando ricas y alegóricas escenas rituales con deidades, personajes y descripciones de la narrativa oral que posteriormente se distribuye por toda la península de Yucatán.Otros detalles que se pueden apreciar en las estelas principales son deidades del agua, personas decapitadas (lo cual se hizo común como práctica de sacrificio en el clásico), y otros elementos e íconos que se aprecian en elementos más tardíos en buena parte de Mesoamérica.

El amplio conjunto de monumentos arqueológicos de la ciudad abarca entre 80 y 130 montículos organizados en ocho grupos. Del total de monumentos arquitectónicos, solo alrededor de la mitad han sido restaurados. Las construcciones de Izapa suman más de 250 mil metros cúbicos de piedra y argamasa en total. Abarca basamentos piramidales, plazas con monumentos esculpidos. Probablemente existen dos juegos de pelota, similares a los que se han encontrado en otras ciudades mesoamericanas precolombinas. Se trata de dos áreas abiertas, pero no se ha demostrado que hayan sido empleadas para este juego ritual. El Montículo 30 A fue una pirámide escalonada y es uno de los principales monumentos de Izapa. Tiene una altura de alrededor de diez metros, y fue empleada para propósitos religiosos y rituales.

Izapa tuvo más de 160 edificios entre pirámides y plataformas de hasta 22 m. de altura alrededor de plazas. Hoy, la pirámide más grande es el montículo 60 que mide aproximadamente 105 metros cuadrados y tiene una altura de unos 22 metros, que se encuentra en el grupo H del sitio. Otro monumento importante es el Montículo 30 A, situada en el grupo B, que es una pirámide escalonada de alrededor de diez metros de alta, también empleada con propósitos religiosos y rituales. Por lo común, al pie de éstas se halla un altar de piedra con forma de sapo, disco o escuadra. Ha sido dividido en varios sectores llamados grupos, que fueron nombrados con letras de la “A” a la “H”. Por lo general, cada una de estas letras refieren a una plaza rodeada por basamentos escalonados, pirámides o por plataformas. Exceptuando el grupo F, que se encuentra junto a la carretera, los demás se esconde entre las plantaciones. Probablemente tuvo dos juegos de pelota en dos áreas abiertas, pero se sigue discutiendo si fueron empleadas para este juego ritual o con otro fin.

La peculiaridad de Izapa son sus esculturas influida por los olmecas de la costa del golfo, pero con un estilo propio, con características específicas que se extendieron a otras regiones de la costa de Chiapas y Guatemala. Las esculturas de Izapa integran ideas conmemorativas y mitológicas sobre el ser humano y la naturaleza, con utilidad tanto práctica como espiritual. Su mayor aporte es la escultura en bulto en el acomodo de estelas y altares, elemento cultural asociado a los montículos más importantes y el cual aparece posteriormente en el área maya durante la época clásica. En muchas de estas estelas están retratados personajes que aparecen en las leyendas del Popol Vuh. El estilo “Izapeño se distingue por estelas talladas en bajo relieve que presentan un arreglo vertical dividido en tres planos: el celeste, el terrenal y el del inframundo, presentando alegóricas escenas rituales con deidades, personajes y descripciones de la narrativa oral que posteriormente se distribuye por toda la península de Yucatán.

Frente a los edificios de las diferentes plazas, hay 252 monumentos de piedra y 89 estelas, 38 de las cuales tienen algunas superficies talladas, por ejemplo: la estela 1 describe a una deidad de agua con la mandíbula prominente y largos labios característicos de Chaak, el dios de la lluvia en el arte clásico maya, capturando peces.

Estela 50 de Izapa en el MNA INAH. Foto archibox

La estela 2 ilustra una escena de la leyenda maya del origen del Popol Vuh, según la cual los héroes gemelos golpeaban a un falso dios guacamayo provocando que perdiera sus enjoyados ojos, su pico y sus dientes. Desanimado por esta pérdida, el dios guacamayo murió. Según el Popol Vuh, Zipacna, el hijo de Gaucamayo Siete mató a cuatrocientos familiares de los héroes gemelos, por lo que ellos engañaron al gran cocodrilo para que se arrastrara bajo la montaña Meauan y se convirtiera en piedra.  La Estela 2 de Izapa, al igual que la Estela 25, se ha vinculado a la batalla de los Gemelos del Héroe Maya contra Vucub Caquix, un poderoso demonio-ave dominante del inframundo maya, también conocido como Seven Macaw. La estela 3 de Izapa muestra una deidad que maneja un mazo. La pierna de esta deidad se convierte en una serpiente mientras gira alrededor de su cuerpo. Esta podría ser una forma temprana de Dios Maya K, que llevaba un bastón. La Estela 4 de Izapa representa una danza de aves, en la que un rey se transforma en un ave. Es muy probable que la escena esté conectada con el Principio de la Deidad de las aves. Esta transformación podría simbolizar el chamanismo y el éxtasis, es decir, el gobernante chamán usó alucinógenos para viajar a otro mundo. El tipo de sistema político que existía en Izapa aún se desconoce, aunque la Estela 4 podría sugerir que un chamán estaba a cargo. Este gobernante chamán desempeñaría el papel tanto del líder político como del religioso.

La estela más famosa es la nº 5, o del Árbol de la Vida. El centro de la imagen es un gran árbol, que está rodeado por una docena de figuras humanas y decenas de otras imágenes.  que muestra a un ente supremo construyendo el Universo y la relación de éste con la tierra, el fuego y el agua.La Estela 8 muestra una regla sentada en un trono, que se encuentra dentro de un cuadrilátero. La escena que se muestra en la Estela 8 a menudo se compara con el Trono 1, que estaba ubicado en el pilar central de Izapa. Existe un paralelismo sorprendente entre la imagen del Monumento 1 de Chalcatzingo (en el estado de Morelos) y la Estela 8 de Izapa, ambas con individuos de élite entronizados dentro de un trébol de cuatro hojas. La Estela 21 es una representación rara de violencia que involucra a deidades en ella se ilustra a un guerrero que sostiene la cabeza de un dios decapitado. La Estela 25, posiblemente contenga una escena del Popol Vuh que representa probablemente la de los Gemelos del Héroe Maya que disparan a una Deidad de las Aves Principales encaramada con una cerbatana, o también la estela 25 podría verse como un mapa del cielo nocturno, que se usó para contar la historia de los Gemelos Heroicos que disparan a la deidad de las aves.

Importancia Arqueológica de Izapa

Escultura de Izapa. Foto archibox

Existen pocos sitios en Guatemala y México que tienen características de Izapa. La importancia arqueológica de Izapa viene dada por varios motivos. Su marco principal es que se trata de un asentamiento donde han podido estudiar la transición entre una cultura anterior, de raíces olmecas, al origen del asentamiento de la civilización maya según su cosmogonía. Este privilegio lo comparte con contados vestigios antiguos hasta hoy estudiados, como son La Venta o Chiapa de Corzo en México y Kaminaljuyu, Abaj Takalik y El Baúl en Guatemala. Estos lugares son ventanas a los orígenes del mundo maya. Las estructuras del lugar no son de gran tamaño, ni te esperes un lugar de los que consideramos colosales. Izapa la tenemos que ver a través del conocimiento para poder apreciarla como es debido. La disposición de las estructuras está hecha según su cosmogonía, lo que hace que encaren sus edificios de manera pensada y ordenada.

Michael Coe describe a Izapa como un enlace de conexión entre los olmecas y los primeros mayas. Él apoya su discusión con la gran cantidad de motivos de estilo olmeca utilizados en el arte de Izapa, incluidos los motivos de jaguar, bocas humanas caídas, la cruz de San Andrés, las cejas de fuego, el cielo y las nubes que se desplazan, y las figuritas de cara de bebé. También se utilizan para respaldar la hipótesis de Coe, son elementos de la cultura maya que se cree que se derivan de los izapanos, incluidas similitudes en los estilos de arte y arquitectura, continuidad entre los monumentos maya e Izapa y deidades compartidas. Virginia Smith sostiene que el arte de Izapa es demasiado único y diferente en estilo para ser el resultado de la influencia olmeca o el precursor del arte maya. Smith dice que el arte de Izapa es muy específico del sitio y no se propagó lejos del sitio. El arte de Izapa probablemente influyó indirectamente en el arte maya, aunque solo sería una de las muchas influencias sobre los mayas. Izapa también está incluido en el debate sobre el origen del calendario de 260 días. Originalmente se pensó que el calendario era un invento maya, pero recientemente se ha planteado la hipótesis de que el calendario se originó en Izapa. Esta hipótesis está respaldada por el hecho de que Izapa se ajusta a las condiciones geológicas e históricas mejor que el lugar que se creía que era el origen.

Patrimonio en peligro

Los monumentos han sido afectados por diversos factores: intemperismo, hongos, líquenes y vegetación, animales, vandalismo, pérdida, robo, destrucción intencional y tráfico ilegal. Pese a ello, aunque al observador causal le parezca que están gravemente deterioradas. La impresión del mal estado de los monumentos se debe a la iluminación frontal bajo los indispensables techos de protección, que prácticamente hace desaparecer el relieve de la piedra a los ojos del visitante.

La intervención oficial en Izapa ha sido esporádica, aunque desde 1992 se desarrolla un programa regular de exploraciones, cuidado de la zona y registro y recuperación de monumentos que ha permitido rescatar casi una veintena de ellos, varios ya resguardados en la zona o en el museo de Tapachula. El propósito final es incluir este sitio al reducido grupo de asentamientos tempranos de Mesoamérica que han sido estudiados y protegidos.

A inicio de marzo de este año, el INAH informó que lleva a cabo el Proyecto de Investigación y Conservación de Izapa (PICI), con especialistas de dicha institución, coordinados por Uriarte Torres, mediante el cual se pretende devolver el esplendor a estos monumentos y al sitio donde se hallan, considerado uno de los más importantes en la región del Soconusco. Actualmente el PICI se encuentra en la primera fase de conservación y ya se inicia la etapa de investigación para entender todo el desarrollo del periodo Clásico, que va de 250 d.C. a 1200 d.C.

Acceso: En la carretera 200 o la “ruta de la Costa y Soconusco”, Km 304. Hay una serie de grupos de edificios tanto al Norte como al Sur de dicha carretera.

https://www.inah.gob.mx/en/zonas/156-zona-arqueologica-de-izapa

Revista Escribas