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Sariego Vega

Con estudios en diseño y comunicación visual ha
participado como expositor en el MUMEDI Museo
Mexicano del Diseño y como coordinador en eventos
culturales y educativos en museos nacionales



Detalle de un mapa de la Nueva España

Roberto Romero Sandoval es Doctor en Estudios Mesoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad. Sus líneas de investigación son la historia y la religión de los antiguos mayas. De 2007 a 2013 se desempeñó como editor de la revista de Estudios de Cultura Maya, órgano del Centro de Estudios Mayas, y de 2013 a 2015 fue editor de la versión en formato digital. Ha sido Investigador Nacional Nivel I (2016-2018) del Sistema Nacional de Investigadores. Es profesor del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde ha impartido los cursos de Iniciación a la Investigación Histórica, Cultura Maya, América Precolombina, el Seminario de Investigación Culturas Mesoamericanas y actualmente imparte el Seminario Taller Especializado de Iconografía Maya.

Una rara edición del informe de Antonio del Río

El siguiente texto es un resumen sobre el estudio de Roberto Romero Sandoval: El presidente de la Real Audiencia de Guatemala, José de Estachería, comisionó al capitan de artillería Antonio del Río, para continuar las investigaciones que con anterioridad habían realizado José Antonio Calderón y Antonio de Bernasconi e hiciera un informe detallado de las ruinas de Palenque. Del Río arribó a Palenque el 3 de mayo de 1787 y  rindió  un  informe  de dicha  exploración, el cual apareció publicado en inglés con el título de Description of the Ruins of an Ancient City Discovered near Palenque (Londres: H. Berthaund, 1822), que posteriormente se tradujo al alemán en 1824 por lo que la obra que se analiza es una reimpresión elaborada ocho años después (1832). Del Rio siguió al pie de la letra cada una de las instrucciones reales, describe y mide los monumentos y toma el mayor número posible de muestras. Arranca una cabeza de estuco por aquí, una pierna por allá; deja cojo un trono; mutila más de una inscripción, sacando los glifos mejor conservados. Excava a lo largo y ancho del sitio. Todas estas piezas pasaron a formar parte del Gabinete Real de Historia Natural de Madrid, y en la actualidad se pueden apreciar en el Museo de América de Madrid

Los incidentes de la publicación

La historia de esta edición es interesante ya que poco antes de que el capitán Antonio del Río concluyera su visita a las ruinas de Palenque, en mayo de 1786, dos personas comenzaron a reflexionar sobre el origen transatlántico del sitio. Por un lado, Ramón Ordóñez y Aguiar, incansable promotor de las exploraciones del lugar, había logrado reunir una gran cantidad de información sobre los antiguos habitantes, la cual compiló en un manuscrito titulado Historia de la creación del cielo y de la tierra conforme al sistema de la gentilidad americana… etc.,  y por el otro, Paul Félix Cabrera, quien se interesó por este mismo asunto, y en el transcurso de sus investigaciones consultó el informe de Antonio del Río, mismo que obtuvo prestado de Ordóñez. Cabrera tituló su ensayo Teatro crítico americano, y aunque en ese entonces no fue publicado, Ordóñez lo acusó de plagiario, calificando a su obra como “Abortón”. Posteriormente, un tal doctor McQuy obtuvo una copia del ensayo de Paul Félix Cabrera y del informe de Antonio del Río, y los llevó a Inglaterra, donde los vendió al librero Henry Berthound, quien mandó traducir y editar los documentos con el título de Description of the Ruins of an Ancient City… by Captain Don Antonio del Río: Followed by Teatro crítico americano… by Doctor Paul Felix Cabrera.9 Los dibujos de Antonio del Río fueron litografiados por Waldeck, quien se interesó por el sitio y años más tarde realizaría su propia investigación.

La interpretación de las imágenes

Ahora bien, paralelamente a las exploraciones oficiales al sitio arqueológico de Palenque, se formó un círculo de estudiosos sobre las antigüedades mesoamericanas con objeto de explicar y dar luz sobre las misteriosas ruinas. Los integrantes de esta tertulia científico-literaria (como la denomina Alberto Ruz),10 eran el dominico fray Tomás Luis de Roca, José Miguel de San Juan, el coronel Felipe Sesma y Paul Félix Cabrera; Ramón Ordóñez y Aguiar era quien llevaba la batuta en estas investigaciones. Basándose en un escrito en caracteres indígenas llamado Provanza de Votán, donde un personaje de ese nombre (Votán) funda Palenque y da fe del origen de los indios. Respecto a la procedencia de este documento, Ordóñez dice que se lo confiscaron a unos indígenas y posteriormente revela que los obtuvo del obispo Francisco Núñez de la Vega, quien en realidad es el verdadero intérprete del manuscrito, y en el cual se basa Ordóñez, junto con las piezas arqueológicas que ha recolectado de Palenque, para publicar su Historia de la creación del cielo y de la tierra… La relación más completa de todo este asunto se encuentra consignada en una carta que José Miguel de San Juan escribió al coronel Felipe Sesma, el 2 de enero de 1793, donde asegura que el documento trata de una historia en lengua indígena llena de metáforas que sólo Ordóñez podía entender. Respecto a la ubicación actual de la Provanza de Votán, la ignoramos. Carmen Léon Cázares y Mario Humberto Ruz, en su estudio introductorio a las Constituciones diocesanas del obispado de Chiapa, de Núñez de Vega, mencionan que actualmente se desconoce el paradero de la mayoría de los manuscritos indígenas que poseía el obispo; uno de ellos fue llevado a España y puede estar extraviado en alguna biblioteca o archivo, y los otros corrieron con menos suerte, pues fueron reducidos a cenizas, tal como lo hizo Núñez con los que encontró en Tlacoaloia, en 1691, y en Oxchuc, en 1697. En cuanto al contenido del manuscrito, en él se relata la fantástica aventura de Votán, del linaje de los culebras, originario de Chivín, el cual llega a Palenque después de haber pasado por España, Roma y Jerusalén. Así, con base en esta historia y mezclándola con lo que se sabía de los toltecas, mexicas y personajes bíblicos, nos señala que Palenque fue fundada por Votán después de su llegada de La Habana, lo cual lo lleva a afirmar que las inscripciones de los relieves son mitos grecorromanos. Dichas interpretaciones se aplicaron a los dibujos que Del Río reprodujo en su informe de 1787; en ellos creen ver los mitos de Proserpina y Plutón, y de hechos históricos como la derrota de Cartago por los romanos.

Del grabado 1a dicen:

“…se vé á Pluton con cara de Animal como acechando a Proserpina, y enamorandola para robarla; y a esta con la Cara buelta hacia Pluton, y con la lengua afuera; en que parece indicar su correspondencia y consentimiento… Los dos ojos que se miran al pie de este Retablo uno de cada lado, parece que significan las fatigas de Ceres en buscarla… Los Jardines asi de Etna, como del Ynfierno parecen significados en los enrejados que promedian a los dos enamorados… Tampoco falta la significación de los granos de Granada que comió en el Ynfierno, en la figura que se vé en lo alto, de media Granada…

Grabado1A

Del grabado 1b señalan:

“…se vé al mismo Pluton esculpido en la Boveda de la Capilla, con el Jeroglífico de estár en el Cielo colocado entre Dioses, lo que denotan los muchos circulos, o Ceros esparcidos a su alrededor significativos del Cielo”

Grabado1B

Del grabado 2 dicen:

…se mira a Proserpina sentada sobre un animal de dos Cabezas, como en disposición de podér caminar… En la Gargantilla que le pende del Cuello, se mira figurando, con puntitos el Tan (Tao) de los ebreos, misteriosa señal que veneravan los egipcios… Sentada al lado de Proserpina se vé á Ceres presentandole un Canastito de Frutas, y un baso de agua, simbolizada por el Jeroglífico que se eleva sobre el mismo Canastito…» Estos tres dibujos corresponden a los estucos que se localizan en la entrada de los subterráneos y en la Lápida Oval, la cual se ubica en la Casa “E” del Palacio.

Grabado 2

La medalla del barranco

A continuación, presentamos la interpretación que hacen de una “medalla” (grabado 3), hallada en un barranco, y que pertenecía a Ramón Ordóñez y Aguiar:

“…el rostro principal de la Medalla, esculpido un arbol de Seyba, en cuio Tronco está enroscada una Culebra, que procede de la raiz del propio arbol; Jeroglíficos ambos, que sin genero de dudas nos dan aconocer el origen de los Votanes. En lo alto de dicho tronco, se mira un pajaro…  El reverso de la Medalla, nos pone ala vista, a un Indio en ademan de acongojado; esto es a la Nacion Tzequil, Cartaginesa Americana, o Mexicana que todo es lo mismo, acometida de dos fieras en ademan de devorarle”

Antes de que localizara los grabados alusivos a la medalla, estaba de acuerdo con Alberto Ruz en que “más que un medallón de estuco como sugiere Ballesteros, debe haber sido un pendiente de jade esculpido en ambas caras”. Y que “por la descripción, el motivo principal es el elemento cruciforme que conocemos en los tableros de la Cruz y Cruz Foliada”.16 Pero sabemos ahora que dicha medalla no era ni de estuco ni de jade, sino de cobre, según la referencia que nos da Guillermo Dupaix, quien sería el próximo visitante a la zona de Palenque, el cual se había entrevistado con Ordóñez y éste le enseñó diversos objetos que tenía en su poder, entre ellos la medalla. Las escenas del medallón ejemplifican pasajes de la Biblia, como la expulsión del paraíso y cuando Jonás es devorado por una ballena. Además, en Palenque no hubo cobre, no hay muestras de este metal en trabajos de arte, lo que nos indica que el medallón, por ser una pieza portátil, pudo habérsele caído a cualquiera que pasara por el lugar. De hecho, sabemos que el pueblo de Palenque fue fundado en el siglo XVI y, de acuerdo con Jan de Vos, el sitio fue descubierto por fray Pedro Lorenzo de la Nada.17 Según De la Garza, no tenemos los elementos para decir que este hecho ocurrió, y en última instancia el acontecimiento no llegó a trascender.

La medalla del barranco

Explicación de las láminas

Grabado 1a y 1b. Dibujo de los estucos que se localizan en la entrada de los subterráneos del Palacio. El primero de ellos ha desaparecido por completo, y el segundo, es una representación del dios del maíz (vid. la interpretación que Ordóñez y su grupo hacen, p. 6).

Grabado 2. Dibujo de la Lápida Oval, en ella aparece representado el soberano K’inich Janaab Pakal sobre un trono bicéfalo, y su madre Zac K’uk’, en el momento en que le está ofreciendo el trono de Palenque. Galería exterior de la Casa E del Palacio. Confrontar con la interpretación de la Tertulia científico-literaria (vid., p. 6)

Grabado 3. Medalla encontrada en posesión de Ordóñez y Aguiar, utilizada para dilucidar en torno a los primeros habitantes de Palenque que, de acuerdo con nuestro estudio, corresponde a unos pasajes de la Biblia y nada tienen que ver con el arte maya de Palenque (vid., p. 6).

Grabado 4. Dibujo del tablero del Templo de la Cruz. En él vemos a dos personajes realizando un ritual de renovación. Del lado izquierdo vemos a K’inich Janaab Pakal con un lirio acuático sobre la cabeza, lo que nos indica que está muerto, y del lado derecho encontramos a su hijo Kan Balam recibiendo el trono de Palenque.

Grabado 4

Grabado 5. Seguramente se trata de la representación del nuevo soberano de Palenque, Kan Balam. Pilastra izquierda de la entrada al Templo de la Cruz.

Grabado 5

Grabados. 6, 7 y 8. Dibujos que corresponden a una serie de ritos de fertilidad, como es el sacrificio por decapitación; tenemos noticias de que los sacrificados eran prisioneros de guerra. Uno de los pilares de la Casa D del Palacio, Palenque.

Grabado 6

Grabado 7

Grabado 8

Grabado 9. Corresponde a la representación de una danza ritual con serpientes; Schele piensa que se trata de K’inich Janaab Pakal, junto a una dama de la familia efectuando el rito. Uno de los pila- res de la Casa D del Palacio, Palenque.

Grabado 9

Grabado 10. El gobernante K’inich Kan B’ahlam ataviado como guerrero, y a sus pies dos prisioneros de guerra. Pilar E de la Casa A del Palacio.

Grabado 10

Grabado 11. Dibujo de la lápida del Bello Relieve. Seguramente el personaje ahí representado es el gobernante K’inich Janaab Pakal, sobre un trono bicéfalo. Actualmente este estuco ha desaparecido en su totalidad.

Grabado 11

El informe final

Lo publicado por Antonio E. de Pedro Robles de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en el artículo: “La antigua ciudad maya de Palenque en el debate ilustrado sobre la anticuaria indígena americana (2013)” Nos dice lo siguiente: Las labores en Palenque terminaron en junio de 1787, fecha en que aparece firmado el nuevo informe de Antonio del Río. El Informe de Antonio del Río en relación con el informe de su antecesor, el arquitecto italiano Bernasconi, constituyó un cambió de rumbo en el proceso de interpretación y adjudicación de la construcción de las obras de la ciudad. En primer lugar, el capitán utilizó nuevos términos para referirse a las construcciones de Palenque; así, pasó de calificar las edificaciones de «palacios» a «casas». En este sentido, ya no estaríamos ante un conjunto calificado de «ciudad-corte», tal como Calderón definió y Bernasconi reafirmó, sino que estaríamos tan sólo ante los restos de una «ciudad». Incluso al considerado hasta entonces «Palacio», Antonio del Río tiene mucho cuidado en definirlo tan sólo como «Casa más grande». En definitiva, está claro que el Capitán utilizó intencionadamente el cambio de términos para tratar de superar las confusiones a las que había dado lugar la utilización del término «palacio». La novedosa conjetura a la que llegó Antonio del Río, no sólo consistió en admitir que los indios habían sido incapaces de realizar, en base a sus propios conocimientos, obras de tal complejidad arquitectónica y decorativa, sino, además, que las supuestas «enseñanzas ultramarinas» recibidas, no habían sido «reproducidas» con la necesaria elegancia y majestuosidad que se esperaría teniendo tan «excelsos maestros».

“…se pudiera inferir que estas gentes tubieron alguna analogía y trato con los Romanos: no por que yo me persuada, hayan llegado á este Terreno aquellos conquistadores, sino por que se deja congeturar con fundamento, que algunos de otra Nación culta se asomaron por estos Payses, de quienes, durante el espacio de su detención, habrían recivido estos naturales alguna idea de las Artes, como Recompensa de su hospitalidad. [.] que en sus fabulosas supersticiones parece bemos retratada la idolatria de los Phenicios, Griegos, Romanos y oltros; Y por tanto es de recelar que algunas de estas Naciones adelantaron sus conquistas hasta este Pais, en el qual se conoce no permanecerían mas tiempo que el que bastó á estas gentes Yndias para retratar sus ideas, y tomar un rudo y tosco estilo de las artes, que les querrian enseñar…”

En pocas palabras, los indios constructores de Palenque habían sido sólo unos «rudos» y «toscos» imitadores de un modelo artístico superior que no supieron captar a plenitud.

Es interesante comprobar cómo las conclusiones a las que llega Antonio del Río concuerdan con los comentarios que circulaban entre la tertulia de notables establecida en Guatemala.

No obstante, la gran riqueza del Informe de Antonio del Río se puede concretar en dos aspectos: el primero, propició una excelente colección de dibujos realizados por Ricardo Almendáriz; y, en segundo lugar, el tipo de relación que quedó establecido entre estos dibujos y las descripciones de los mismos realizadas por Antonio del Río, se convirtieron en un modo novedoso para caracterizar la anticuaria indígena americana bajo las perspectivas del modelo ilustrado.

Revista Escribas