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Sinue Hammed Fuentes Malo

Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado de la Universidad Autónoma de Chiapas, cuenta con dos títulos de maestría que corresponden uno a su formación profesionalizante y otro a su formación como investigador, Maestro en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural egresado de El Colegio de la Frontera Sur en la modalidad de Posgrado de calidad del CONACYT. Actualmente es doctorante de El Colegio Sonora, Con un proyecto de investigación vinculado al ferrocarril en el Soconusco. Está interesado en ayudar a la sociedad soconusquense, enfocado principalmente en temas académicos. La investigación que desarrolló Durante su estancia en ECOSUR Consiste en las memorias del proceso de mexicanización del pueblo Mam en el Soconusco, Con lo que también realizó una invitación a integrantes de pueblos originarios para que se sumaran al quehacer académico evidenciando así su presencia en la región.

 


Montañas de Huixtla, Chiapas. Foto Alejandro Linares García

El señor Manuel Larrainzar fue ministro propietario del Tribunal Superior de Justicia del departamento de Chiapas, corriendo el año de 1843, además se le reconocía como vocal de la Honorable Junta Legislativa y fue miembro del Colegio de Abogados de México, entre otras actividades que se sabe que realizaba. Era oriundo de San Cristóbal de las Casas y nació el 26 de diciembre de 1809. Por mucho tiempo se hizo de una carrera en letras, hasta que terminó estudiando en el Colegio de San Ildefonso, titulándose como abogado el 13 de febrero de 1832. Su puesto en el Tribunal de Justicia, fue asignado el 2 de marzo de 1834 y en junio del mismo año fue nombrado Consejero de Estado, desempeñando este cargo hasta octubre de 1845, cuando fue electo como senador. Después ocupó muchos otros cargos que lo llevaron a tener una agenda política incluso fuera del territorio nacional, pero esto no implica que antes no tuviera muchas tareas que le impedían mantenerse en el país o en Chiapas. (1) Biografía escrita por Sosa (1884)

Considerando lo anterior, en 1843 asegura que por los distintos asuntos que generó y, aun en ese entonces, generaba la incorporación de Soconusco a la República Mexicana, se vio en el deber de escribir sobre esta región, para explicar su importancia, el porqué de su pertenencia a México y no a Guatemala, así como las características históricas de esta, que no hacían más que afianzar su pertenencia nuestro país. Repudiaba las versiones del órgano administrativo de Guatemala al igual que las de varios escritores de Centroamérica, por lo que con la intención de disipar las distintas impresiones que posiblemente causaron estos textos, aseguró que en su versión presentaría evidencia de los errores que los textos centroamericanos habían cometido. El político explicó que presentaría una versión que nos acercara a lo hoy mal llamado “verdad histórica” (por quienes escriben difusión histórica, pero bien ejecutado en el tribunal como designio del objeto del proceso penal), con la intención de evidenciar la justicia del proceder del gobierno de México ante el asunto. (2)(En historia, difusión histórica, novela histórica o historia novelada no hay verdades, hay versiones y el investigador que hace historia académica construye un análisis de estas versiones, por lo que resulta incorrecto
cuando decimos: tal historiador o tal cronista está mal o no sabe, porque no se sabe “X” asunto como lo cuenta fulano.)

Manuel Larrainzar. Imagen archivo

Larrainzar explica que se sintió consternado y creía que no debía callar cuando se enteró que el asunto era mayor, pues no se había tratado sólo de disputar el territorio de Soconusco, sino que también se ponía en duda si era legitima o no la agregación de Chiapas a México. Ante esto decidió defender la versión nacional porque el silencio “pondría sobre mi frente un sello de deshonor y de ignominia, y no puedo resignarme a semejante destino” (Larrainzar, 1843, p. III). Según el político, siempre defendió fervientemente los derechos de su patria principalmente por gratitud a los beneficios que le habían dado, por lo que ponía todo su empeño para reivindicar las obligaciones que llevaron al gobierno a resguardar y conservar el territorio nacional. Sin embargo por actividades relacionadas con su agenda política explicó que no pudo dar al escrito la profundidad que deseaba y, aun con la falta de otras notas que decía tener en su poder, logra un escrito bastante bien estructurado con citas que le sirven de evidencia y siguiendo un aparato crítico que dan sustento a sus palabras.

Desde su perspectiva, Chiapas era un estado poco conocido por el centro del país, por esta razón llega a la conclusión de que muy pocas personas sabían sobre estas tierras, así como de la existencia de Soconusco. Ante esto, reivindica que por voluntad de los pueblos de la región, el 11 de septiembre de 1842 se expidió el decreto por el cual se hacía valida la reincorporación del territorio a la República Mexicana. Por este motivo procuró recuperar parte de la historia que según él, servía de fundamento para poder acercarse a los hechos con mayor asertividad. En consideración, aclara que su intención no radicaba en contar toda la historia de Chiapas pero sí, exponer los datos necesarios o convenientes para defender su postura así como la pertenencia del estado y Soconusco a México. Para Larrainzar (1843) era necesario esclarecer las interacciones y vinculación del territorio con nuestra nación, por lo que da explicaciones que van desde antes de la conquista y que según, ayudan al lector a deducir por propia cuenta, la postura que él defendía.

Para este trabajo, Larrainzar tuvo que realizar una selección de los puntos que consideró más importantes y que permitían refutar los escritos que hasta la fecha se habían publicado respecto al tema. Aun así, decidió respetar el formato de estos textos para poder presentar las evidencias en un orden similar, con la intención de identificar en contraste la debilidad de argumentos de quienes defendían la causa contraria. Su principio no era otro más que intentar disipar las dudas que se suscitaron y con esto evitar incidentes o cuestionamientos que generaran en el país algún tipo de perturbación. El político tenía la idea de que este tipo de situación pretendía meter a México en una contienda similar a la que estaba sucediendo en Centroamérica, donde según él, la guerra se había diseminado por casi todo ese territorio. “Estas solas consideraciones bastarían para impulsarme a cumplir con el deber sagrado respecto a un país donde nací, y que tantas veces me ha honrado con su confianza y con pruebas inequívocas de distinción” (Larrainzar, 1843, p.VII).

Debido a los propósitos que tenía Larrainzar dedicó una extensión de texto para comparar los límites que distintos autores habían definido para Soconusco, pero hace énfasis en lo que para él era más importante de la región, su riqueza productiva. “El cacao es una de sus principales producciones, es el mejor y mas (sic) estimado en América y en Europa, donde el uso del chocolate va estendiendose (sic) mucho; el árbol que lo produce, de color entre oscuro y ceniciento, casi siempre con flor, y del cual penden las mazorcas que contienen la almendra que todos conocemos” (Larrainzar, 1843, pp.3-4). El político aun siendo oriundo de San Cristóbal, reconocía el valor y la importancia de Soconusco, por las oportunidades que su tierra ofrecía, principalmente por el valor del cacao y en especial porque fue la semilla que por años permitió a la región figurar al otro lado del mundo. Entre otras características, también menciona que la tierra es fértil para otros productos “como la chaya, plátanos, zumpantles y aguacates” (Larrainzar, 1843, p.4).

Cacao de Soconusco. Foto Archivo

El político intentó explicar a detalle otros asuntos que daban importancia a la región no sólo para el estado sino para México en general. Describe el clima, las maderas preciosas y consumibles que sin duda no hacían más que elevar el valor e importancia de Soconusco. Sin embargo, y aunque da una explicación somera, relativa a la reducción poblacional, reconoce que este asunto debió quitar en gran medida mucho de lo que caracterizaba a la región “por lo que hoy existe, apenas puede formarse idea de lo que fué, (sic) especialmente si se comparar con los tiempos en que se verificó su descubrimiento” (Larrainzar, 1843, p. 6). Por esta razón aseguró que Chiapas antes de la conquista siempre fue reconocida como una de las extensiones territoriales con mayor población en este continente, por lo que se puede observar en las asombrosas ruinas de Palenque y Ocosingo, que para él no eran más que la evidencia clara de prosperidad, cultura, poder y presencia del gran pueblo que las habitó.

Larrainzar observaba a Soconusco desde otra perspectiva, una que le permitía precisamente, reconocer la importancia de la región y su preocupación radicaba en externar con la mayor exactitud posible, una razón para estar orgullosos de tener en Chiapas esta extensión territorial. Sus explicaciones pretendían defender un bien de la nación que formaba parte del territorio nacional, desde antes de la colonia. Defendió esta idea principalmente con el argumento de las invasiones que sufrió la región en tiempos de los antiguos emperadores de México y los testimonios de españoles que participaron en la conquista. En pocas palabras expuso que, si los españoles, para esos tiempos, habían visto grandes ciudades populosas y edificaciones como templos y casas de otras culturas, Soconusco debió tener algo muy grande para que terminaran sorprendidos por esta. Aunque el político sí se vale de lo “bonito” de la región, en gran medida, también explica otras situaciones como el origen de sus pueblos y su historia primigenia que describe como cubierta un velo difícil de rasgar para ese 1843.

La obra de Larrainzar tenía una gran intención y aunque prácticamente respondía objetivos políticos, hoy en día es un regalo que va más allá de los conflictos que traía la anexión de Chiapas y Soconusco. Además es otra de las obras que en su momento se interesaron en explicar a todo lector los beneficios de esta región al país, al estado y a quienes pudieran acercase y vivir ahí. Ese entusiasmo es probable que se encuentre fuertemente vinculado a cuestiones empresariales, más que a cuestiones sociales, pero es también esta una de las razones que deberíamos tener hoy, para valorar a Soconusco con toda su inmensidad. Sin duda, con esta obra Manuel Larrainzar debería ganarse el respeto y la admiración eterna de aquellos que han decidido dedicar su vida a la política chiapaneca, pero principalmente para aquellos políticos soconusquenses que muchas veces quieren sumarse al objetivo político de venerar y construir héroes nacionales. Aunque en sus gestiones puede que hayan cometido errores o incluso hayan vinculado objetivos personales, son varios los políticos chiapanecos que merecen reconocimiento sobre todo en la política soconusquense.

Bibliografía

Larrainzar, M. (1843). Noticia Historica de Soconusco, y Su Incorporacion a la Republica Mexicana. México: Imprenta de J. M. Lara.

Sosa, F. (1884). Biografía del Sr. Lic. D. Manuel Larrainzar. México: Tip. Bareedillo y comp.

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