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Plácido Morales Vázquez

Nació en Ocozocoautla De Espinosa, Chiapas. Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió Administración Pública en la Universidad Fadi en Berlín, Alemania. Ha sido Profesor Titular por Oposición de Ciencia Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje. El Gobierno Chiapaneco le otorgó el Premio Chiapas 2018 y la UNICACH lo reconoció con el Doctorado Honoris Causa.


 

En alguna reunión familiar en Coita, Doña Luvia Rodríguez esposa del Capitán Jesús Anguiano platicó de las exploraciones que el pintor Raúl Anguiano había realizado a la Lacandonia, por entonces yo había leído algunos libros sobre la selva entre ellas las de Pablo Montañez y Franz Blom, además de las publicaciones de Gertrude Duby, por lo que temerario le contradije afirmándole que no había registro de esas exploraciones.

Zona Arqueológica de Bonampak, Templo 2. Foto archivo de Carlos Kayun Frey Solís

Fue hasta antes del inicio de esta pandemia, cuando el periodista Alberto Carbot me obsequió los apuntes del viaje a Bonampak de 12 expedicionarios entre ellos Raúl Anguiano en el año 1949, y me ubicó en el  error, aunque Anguiano no había explorado la Lacandonia sino Bonampak, junto al fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, los arqueólogos Alberto Arai y Carlos Margaín, y otros entre ellos quien  había explorado antes el mundo Maya: Carlos Frey y el chiapacorceño Franco Lázaro Gómez ambos muertos trágicamente en esa expedición.

Antes de esa exploración de 1949, el aventurero norteamericano con pasión de arqueólogo Carlos Frey había caminado por la selva Lacandona y había conocido en 1946 la Ciudad Perdida de los Mayas como los lacandones le llamaron a lo que después se denominó Bonampak.

En 1946 también estaban entre tantos exploradores, otro norteamericano Giles Huxley fotógrafo contratado por la United Fruit Company para hacer un reportaje sobre los Mayas, este personaje en el mes de abril de ese año del 46, explorando la ruinas de la Ciudad Perdida con el lacandón José Chambor, repentinamente éste se desvió de la ruta para perseguir a un ciervo y en la persecución fue a dar hasta la inmensa mole de piedras que conformaron el templo en  el  que descubrió los frescos de Bonampak, Giles Huxley fotografió aquellas maravillas y las envío al diario de Yucatán, que proyectó al mundo el descubrimiento de los muros pintados antes de Siglo VIII después de Cristo.

Carlos Frey había llegado a Chiapas en 1941 a partir de ese año recorrió la selva, se estableció en Ocosingo y posteriormente en una parcela a orillas de Jataté, de ahí emprendió diversas excursiones hacia las regiones arqueológicas que lo llevaron en 1946 al Caribal del Cedro, ahí, con el arqueólogo norteamericano John Bourne  emprendieron con José Chambor la exploración de la Ciudad Perdida en febrero de 1946; por 2 meses recorrieron y reconstruyeron en mapas y fotografías a las ruinas, incluido el templo principal; de ello fue presentado un  informe al INAH y la atención se volcó hacia el prodigio arqueológico recién descubierto por Frey, pero ellos aun estando a unos metros no encontraron la maravilla de los frescos que unas semanas más tarde y accidentalmente habían de descubrir el lacandón Carranza Kanyun y Kin Obregón y Giles Huxley, a quien se le dieron los créditos.

A los años siguientes se hicieron otras exploraciones a la Ciudad Perdida y al palacio de las pinturas, a la que ya otro arqueólogo: Sylvanus Morley bautizó con el nombre de Bonampak, bonam (teñir) y pak (pared). El descubrimiento de Bonampak causó asombro, pero fue hasta 1949 con la expedición conducida por Carlos Frey cuando el mundo de la cultura aquilató su dimensión universal.

Chiapas suma a sus maravillas naturales el prodigio arqueológico de los Mayas: a Palenque, Yaxchilán y Toniná debe sumarse Bonampak, cuyos frescos revelan un arte naturalista e imágenes coloridas que desmantelaron el mito de que los Mayas eran un pueblo pacífico; en las pinturas se advierten acciones de guerra, prisioneros sometidos y torturados; rostros, indumentaria y ornato de los sacerdotes y gobernantes, cuya fuerza y temperamento reflejada en las miradas develan una raza capaz de haber construido y pintado Bonampak.

La expedición de abril y mayo del 49, fue el fin del proceso del descubrimiento de Bonampak, entonces se tuvo una dimensión de edificios, ubicación y descripción de estelas, trazos urbanos y detalles de conservación de los frescos opacados por la limpieza con queroseno practicada por inexpertos fotógrafos, quienes habían desequilibrado la conservación micro orgánica que había desarrollado la naturaleza para preservar las pinturas

Herman Charles Frey, perdió la vida en la excursión de 1949 en un remanso del río Jataté y fue enterrado el día 4 junto a su compañero, el grabador chiapacorceño Franco Lázaro Gómez en la margen del río que les quitó la vida.

En Chiapas nos quedó un busto en su memoria en la 5a. Norte de Tuxtla, su hijo Carlos Kayón Frey y el legado de su alma aventurera e infatigable de conocimiento que lo llevó a entregar para la humanidad el legado de una civilización devorada por la selva pero vencedora por Bonampak, del tiempo.

Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas
agosto 2020

 

Revista Escribas